lunes, marzo 24, 2008

Teatro Nacional

Entre las tradiciones de nuestra tierra figure en primer plano la epopeya de "Juan Moreira", fundadora de nuestro teatro.La popularidad alcanzada por este personaje real, en el cual se inspiró su autor, lo coloca al lado de Martín Fierro.

La obra se debía a la pluma de Eduardo Gutiérrez, porteño nacido en una familia muy inclinada a las letra aún así, Eduardo no había completado sus estudios y fue un verdadero autodidacta que Ilegó a hablar, por su propia iniciativa y capacidad, inglés, francés, italiano, alemán portugués y vascuence. La posterior vida de aventura que siguió en el Ejército lo colmó de vivencias y experiencias que más tarde aprovecharía en sus novelas. Lo pintoresco de los fortines de la época, el desierto, los malones y la vida gauchesca, inspiraron a Gutiérrez y le hicieron dejar las armas en 1880 para abocarse a la literatura.

Buenos Aires, 1884. Una compañía de circo en la que actuaba la conocida "Compañía de los hermanos Podestá" estrena una pieza teatral basada en una popular novela folletinesca de la época, "Juan Moreira". La obra se representó como un espectáculo de mímica, es decir sin hablar una sola línea de texto, y en las arenas del circo, muy en boga entonces. La pieza no era otra cosa que un pequeño número más dentro de las atracciones que incluía el espectáculo de los Podestá: acróbatas, trapecistas, payasos, domadores y cancionistas. Pero aun así, el "Juan Moreira" estaba destinado a convertirse muy pronto en la pieza más tradicional y popular del teatro argentino.

Con el curioso seudónimo de Hermenegildo Espumita, fue Gutiérrez un asiduo colaborador de periódicos de la época. A pesar de debérsele numerosos artículos de toda clase (políticos, críticos, de actualidad o simples ironías), dos obras sobresalieron de su producción. Fueron las novelas "Juan Moreira" y "Santos Vega", publicadas por entregas. El público las aceptó de inmediato, identificándose con los tipos descriptos en ellas, y la fama que adquirió la primera fue tanta que el propio autor decidió adaptarla a la escena para ser representada. Escribió entonces un libreto que fue tomado por los Podestá.

Hacia 1884 el teatro nacional casi no existía, tanto por falta de autores como de un espacio escénico propio. El circo, estaba en pleno auge, y éste y el "Juan Moreira" se ayudaron entre sí. La obra había resultado tal éxito en 1884 que no sólo se incorporó al repertorio mímico de los Podestá, sino que en 1887 se estrenó una versión hablada en Chivilcoy. Ésta triunfó en la Capital, cuando los Podestá la representaron en 1890. Así, la simple y genuina trama del gaucho perseguido por la autoridad (tal es el tema de la pieza) conquistaba los corazones argentinos y se convertía en la primera obra teatral de identidad nacional